Desde nuestra fundación queremos manifestar, en un día como hoy, nuestra total solidaridad con las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia.

Nuestra entidad ha trabajado con mujeres víctimas de la violencia, por lo que conocemos sus consecuencias. Las agresiones de género tienen un impacto muy notable en la salud, ya sea física o mental, de las personas que lo sufren y en su entorno más inmediato (niños y familias).

Una de las formas de violencia contra la mujer más común es la agresión sexual, que tienen secuelas directas en la salud tales como embarazos no deseados, problemas ginecológicos (como la fístula), abortos o transmisión de enfermedades sexuales, como el VIH. A largo plazo, estas situaciones pueden incurrir en depresiones, inestabilidad psicológica o desórdenes alimenticios.

Asimismo, por cercanía a nuestra labor, conocemos bien otro tipo de violencia contra la mujer muy común en el continente africano: la mutilación genital. Ésta tiene consecuencias a largo plazo en la salud física y mental de las mujeres y es fácilmente prevenible gracias a la educación y la información.

En ocasiones, la pobreza propicia situaciones de violencia de género. En situaciones de dificultades económicas, las mujeres que sufren violencia se pueden encontrar con menos ayuda o menos recursos para poder escapar de esa situación. Es importantísimo mantener informadas a las mujeres para que sean conscientes que no están solas, así como poner a su disposición recursos que las ayuden a salir de esa situación.

Hoy, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es una ocasión para solidarizarnos, reflexionar y trabajar todos juntos para que estas lamentables situaciones no se vuelvan a repetir.